«La primera
impresión es embriagadora. Estoy en completo arrebato mientras escribo esto.»
« “Pensar,
aquí, es un peligro; escribir, el colmo de la inconsecuencia. Ved la brisa
encantadora y voluptuosa que reina en la atmósfera, hoy primero de octubre; ¿queréis
que uno se exponga a o que lo destierren a las nieves de Múnich o de Berlín,
entre gentes tristes, que no piensan más que en sus condecoraciones y en sus
dieciséis cuarteles? Nuestro clima es nuestro tesoro.”»
«Dejemos los
temas tristes; hablemos de música: es el único arte que vive todavía en Italia.»
«En música, hay
dos caminos para llegar la placer: el estilo de Haydn y el estilo de Cimarosa;
la sublime armonía o la melodía deliciosa. »
«Únicamente la
música vive en Italia, y, en este bello país, no hay que hacer más que el amor;
a los demás disfrutes del alma se les ponen estorbos; aquí uno muere envenenado
de melancolía si se es ciudadano. La desconfianza extingue la amistad; en
cambio, el amor es aquí delicioso; en otras partes, no tienen más que
la copia.»
«Es este un
pueblo nacido para lo bello: una ópera de dos horas se sostiene por un
momento delicioso que dura apenas seis minutos;»
«Voy a ocho o
diez palcos; nada más dulce, más amable, más digno de ser amado que las
costumbres milanesas. Es lo opuesto a Inglaterra: jamás una cara seca y
desesperada.»
« (...) Es lo
que hace tan atractivo el estudio de los pintores de la segunda mitad del siglo
XV.»
«Casualmente, a
mí me gusta más escuchar que hablar;»
« (...) ha
formado una de las mejores bibliotecas de Europa;»
«En este siglo
mentiroso y comediante (this age of cant, dice lord Byron), este exceso
de franqueza y de sencillez entre gentes que se cuentan entre las más ricas y
más nobles de Milán me causa tanta impresión, que me hace pensar en
establecerme en este país. La felicidad es contagiosa.»
«Si no escribo
en este momento, no escribiré. Trato de calmarme y de no escribir una oda que
me parecería ridícula dentro de tres días.»
«Todo lo que
puedo decir de las costumbres morales o de la manera de ir en pos de la
felicidad en Italia, no lo sé sino a través de relatos que han podido ser
falaces. Esas cosas no se ven con los ojos de la cara, como decía
Napoleón.»
Roma, Nápoles y Florencia. Stendhal.
– Editorial Pre-textos
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