«Tal
vez yo sea casi ya un viejo. No le temo a la palabra. Camino este año hacia los
64, pero mi madre (casi mi único familiar vivo) está al filo de los 91 y muy
lúcida, pero no le envidio y se lo digo: En absoluto aspiro a llegar a tu edad.
La vejez -incluso la mejor- está llena de límites y de carencias. Es duro pero
el terrible Céline tenía un punto de razón. “La vejez es lo que sobra de la
vida.” Duro, sí, pero la realidad lo es a menudo. Todo esto es válido siempre
(creo) pero lo es más ahora mismo, cuando los que hemos vivido otras épocas
-mejores y peores como es normal- sentimos una crisis no sólo económica o de
corrupción, casi lógica en un mundo envilecido donde sólo cuenta el dinero.
Estamos ante un fin de época, y diría más ante un cambio de civilización, a mi
entender (salvo los avances técnicos) claramente para peor. La gente vive la
terrible esclavitud de la ignorancia. Inculta, mal educada, sin lecturas, sin
modelos, vive una época gregaria y sórdida dominada (significativamente) por la
palabra “basura”. Comida basura, televisión basura, viajes basura a basureros
turísticos, democracia basura… ¿Es eso la felicidad? En la ignorancia acaso sí.
Cuando no se lee no se puede pensar y tragas todo, te crees libre y eres un
bárbaro esclavo. Además el civismo, la urbanidad están por los suelos. La
mayoría (salvas pertinentes excepciones) es hirsuta, tosca, bruta… Gritan,
ponen los pies en las mesas, hacen ruido, jamás ceden el paso… Es una época de
bárbaros. Y como en España (no sólo) pero hablemos de aquí, la cultura y la
urbanidad yacen por los suelos, todo nos dice que una época más ilustrada toca
a su fin. Hallar vecinos toscos o bestias es lo más sencillo. Como
decía Pasolini, verás a tus hijos fascistas (sin saberlo) navegar falsamente
felices hacia los mundos de la Nueva Prehistoria. ¡Cuánta lucidez en ese hombre
espléndido! Por mi parte, me siento cada vez más ajeno a mi entorno ignaro.
Creo que los algo cultos estamos llamados a la extinción y me veo (digamos)
como Severino Boecio entre los ostrogodos. “Vltimvs romanorum” El último
romano. ¿Qué le importaba a Alarico el humanismo, la sabiduría? En este final
de época donde el poder te dice que tienes derecho a todo lo peor, regalo mi
cuota de basura y reivindico (como lobo estepario) un razonable elitismo. “Si
omnes, ego non”. Si todos siguen el trillado camino, yo no. No me reconozco en
este híspido, brutal mundo o época nueva. En este reino zafio de las distintas
basuras. No me gusta. No es lo mío. Lo dijo Gil de Biedma: “De la vida me
acuerdo, pero ¿dónde está? ” Fin de mundo, fin de época, incultura, burricie,
barbarie. ¿Adónde ir? ¿La vieja Tebaida está en el bello Egipto, no sé si ahora
mismo recomendable… (“Quedé estremecido por lo limitado que tiene que
experimentar el mundo quien se priva del libro” Stefan Zweig.)»
Luis Antonio de Villena
4 comentaris:
Modestament, faig meu el text. Qui sap, però, si només és qüestió d'edat, encara que jo no ho cregui.
No crec que la cultura sigui només una qüestió d'edat...
també me l'emporto, amb permis. És d'una enorme lucidesa i no es questió d'edat, sóc mes gran que Villena i contemplo el mateix paisatge isolat que ell, però el que tinc tan clar és quan un és vell, perque aixo és molt relatiu personal i instransferible.
salut
sí, es clar, es poden tenir anys i sentir-se jove... és un mateix que s'ho ha de veure
Publica un comentari a l'entrada